El tiempo no pasa en balde, y tu ordenador no es una excepción. La agilidad de su juventud quedó atrás y algunas aplicaciones se lo piensan dos (y tres) veces antes de abrirse por completo. Si comprarte un nuevo equipo no es una opción (aunque no está de más recordar que por menos de 300 euros es posible tener un Chromebook de lo más solvente), no está todo perdido: ya sea un Mac o un PC al uso, es posible lograr que vuelva a ir tan rápido como en sus primeros días de vida. Por mucho menos dinero, claro.
HP, Apple, Asus... Todo lo que tienes que saber antes de comprar un portátil
ÁLVARO HERNÁNDEZ
Comprar un portátil es mucho más que ir a una tienda y decantarse por el que esté en oferta: antes hay que tener en cuenta decenas de factores técnicos y de uso. ¿Cuáles son?
Para lograrlo, la clave es eliminar todo aquello que ya no utilices. Si no lo quieres para nada, está de más. Por una parte, puedes rebuscar en tu ordenador para encontrar aquellos archivos que están duplicados. Para que no se trate de la imposible búsqueda de una aguja en un pajar, lo ideal es recurrir a herramientas como Easy Duplicate Finder, que pueden ahorrar un buen puñado de horas de trabajo. Una vez detectados los documentos guardados más de una vez en el equipo, solo habrá que suprimirlos.
También puedes ahorrarle algo de espacio al equipo acabando con los archivos temporales. El historial de navegación y las ‘cookies’ instaladas en el ordenador no son tan útiles como para estar dispuestos a tener un equipo lento por su culpa. En el caso de los Mac, eliminar la caché de Safari desde el propio navegador puede ser suficiente. Por su parte, en los equipos con Windows, no es mala idea acudir hasta la carpeta Temp del directorio Windows y borrar todo lo que hay guardado en ella para liberar un buen puñado de megas.
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